Bien se sabe que la ciudadanía no tiene la confianza ante las autoridades y por ello la cultura de la denuncia es escaza respecto a muchos delitos. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE 2019), la cifra negra o delitos que no se denuncian ostenta el 93.2%. Es decir, 9 de cada 10 delitos no son denunciados.
Consideramos que aumentando las denuncias ciudadanas disminuirá el fenómeno de la inseguridad. Es posible que si el porcentaje de los delitos no denunciados fuera más pequeño, las instituciones correspondientes desarrollen mejores estrategias de prevención y disminución del delito, con base en información que describa mejor la realidad, que les permita desagregar datos como zonas y horarios de incidencia delictiva, modos de operación y descripción de los delincuentes.
Es muy importante fomentar la cultura de la denuncia entre los ciudadanos por cualquier delito. Y con los resultados, si de algo sirven, se implementen unas mejores estrategias de prevención y disminución de inseguridad.
En México, hay dos formas de que un delito sea perseguido: por oficio o por querella. Los delitos perseguidos por oficio son muy específicos, como el homicidio doloso, el narcomenudeo o el crimen organizado. Los delitos que se persiguen por querella son aquellos que requieren que la víctima y/o afectado haga la denuncia correspondiente y no una tercera persona, salvo los casos de los menores de edad o con capacidades diferentes. Uno de estos delitos es el robo, tristemente en Apatzingán el robo de vehículos, robo a transeúnte y robo con violencia son los que tienen mayor ocurrencia en los últimos años, aunque muestren una incidencia a la baja.
¿Por qué son necesarias las denuncias?
De acuerdo a una entrevista con el coordinador de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia, “la denuncia es el primer paso para que las autoridades puedan trabajar. Por ejemplo, en un robo, la víctima tiene que denunciar ante la fiscalía, y de esa manera ellos pueden acceder con permiso oficial otorgado por un juez a revisar las cámaras de C5i respecto al horario y lugar que ocurrieron los hechos e investigar. Sin embargo, si no hay denuncia para las autoridades no hay delito que perseguir.”
Recientemente, una encuestadora del censo del INEGI fue despojada de sus pertenencias en calles de Morelia, denunció y al sexto día el delincuente fue arrestado, lo anterior es un ejemplo de la utilidad de la denuncia. Durante los últimos días en Apatzingán no se ha mencionado en los medios algún arresto de casos similares, pero sí se han dado resultados de arrestos de personas implicadas en asesinatos.
Las cifras negras de los delitos no sólo suceden por la desconfianza de la ciudadanía hacia las autoridades, también por la indecisión de las personas que por experiencias pasadas deciden no denunciar. Una experiencia presencial se dio en la colonia Lázaro Cárdenas, donde una vecina fue despojada de sus pertenencias por un sujeto en una moto, se le invitó que hiciera la denuncia correspondiente, pero no quiso hacerla.
El Observatorio hace un atento llamado a la ciudadanía a dar una oportunidad y confianza a las autoridades de seguridad pública y tener paciencia para denunciar los delitos. La justicia tarde o temprano llega, por eso la invitación a no desistir y denunciar. Las investigaciones dependen mucho del tipo de delito y caso, algunos tardan más, otras menos. Del mismo modo, exhortamos a las autoridades a continuar trabajando para recuperar la confianza de la sociedad demostrándole resultados con sus investigaciones y llevando a los responsables de incurrir en delitos a la justicia.